lunes, 26 de noviembre de 2007
ENARDECIDA
ENARDECIDA
“te lo digo torrencial cosa que te duela”
Gonzalo Rojas
Mi boca busca el estallido de ese beso
línea sublingual
que marca desde donde me perteneces.
Mis manos, ahorcajan el grito de tu piel
cuando la desesperación es libido derramada.
Mi ritmo desata el desenfreno del tuyo
que agitado descansa en la cresta del deseo.
La mirada que perfora la mirada,
el olfato absorbiendo al instinto
el clímax derribándolo todo.
Y el deseo de volver a empezar
cada vez que trasciendes y te alojas
en el fuego de mi cuerpo.
Fanny G Jaretón
ZURCIDO
A mi boca
en el estampido de mi voz
en el rebusque donde mis manos luchan por habitarte
en el escandaloso rincón del sueño agotado.
A mi sexo
en la lujuria de mi sombra
en el ademán que se apodera de tus vergüenzas
en el terraplén de sensaciones tempranas para envejecernos.
A mi alma
para cohabitarnos en la sacralidad de la sangre
para acercarme al fuego de tu cuerpo
para que Dios se haga infinito.
Fanny G Jareton
PRIMITIVA
Un atardecer de cantos desdeñados
y un olvido apenas que invita a otro olvido
esa cadena que me ata al Origen de las cosas
cuando yo no era nada y el mundo
ese eterno paraíso expandido por el sol y las estrellas.
Anochece bajo el mismo cielo
pero las caricias que parecieron inocentes
se desgranan con el murmullo de la brisa
escucharla delata del placer lo más preciado
y el escándalo comienza, anteponiendo
el infierno al edén.
Fue el alba donde vestidos por primera vez
nos encontramos
y perdimos la contemplación entre nosotros
apretamos la felicidad entre los dientes
no dijimos más nada
sólo dejamos que sucediera
fue duro elaborar el pan con el sudor
de nuestras manos
las mismas que nos dieron la ternura
Y fue lejano el canto del ángel
que nos miraba con la distancia
de quien presencia un crimen.
Anochecía
sin entender del todo
que el presente se desdobla en
pasado y futuro
que la pena de muerte estaba lanzada
que no había paso atrás
cuando ella, como una serpiente,
nos jugó a hacernos trampas
y la miraste en mis ojos
creaste de la desnudez la vergüenza
sonsacando el perdón que nunca fue concedido.
Hablaste naturalmente con la culpa
que pesaba en mis espaldas
mientras atabas la gran piedra a mi vuelo.
Observada desde la celda de mi soledad
guardo un descanso prolongado
Sombra entre las sombras
que busca y rebusca entre la indiferencia
¿dónde está el corazón que dijo alguna vez
haberme amado tanto?
Fanny G Jaretón
SURMENAGE
¿Recuerdas
que arrimabas en mi escote
tus lentas fantasías,
que era un puente
el entorno inagotable
y toda agua pasaba por nosotros?
Recuerdas
que la boca era insinuación
y sólo eso
y tu hombría
el perfecto ajuste
anteponiendo al citado
"si tú quieres"
Recuerdas
del temblor en los extremos
que no podían más
y sin podernos, pudiéndonos
nos anudaban en esclavo eco
-sonido piquetero indisoluble-
donde nos liberábamos de tal piedra
queriéndonos, queriéndonos ¡queriéndonos!
Imposible borrar la huella dactilar que nos delata.
"Culpable de mí" si has olvidado.
Y en el rebrote de violencia:
que la memoria te persiga
en la vocal donde el gemido
te devuelva –visceral-
mi nombre/todo.
Fanny G Jareton
domingo, 25 de noviembre de 2007
CONDENADA A MUERTE
“ Morir no duele mucho:
Sentada sobre el costado izquierdo,
escucho retozar la vida:
enredada en luces y sombras
pasea por otros mundos
una mano mortecina
que me invita por amistad.
Rezongo, tengo miedo de las voces
que me auscultan,
de los ojos expectantes,
de los pasos que me siguen.
La cama es un nicho de preguntas
donde voy a guarecerme:
cobijo donde se detiene el tiempo
y vuelvo a ser yo
en el útero de mi madre.
Aferrada a su cordón, grito:
“! No quiero morir, no quiero morir!”
Fanny Jaretón
CLANDESTINO
No quiero que me vean.
Quiero una relación cierta y a escondidas,
sombras que alarguen las figuras sigilosas
y un soplo de alegría en el momento.
No quiero que me vean,
no se si algún verso
valdrá mi desnudes, toda.
La filigrana de la imaginación: otros,
nosotros en medio del humo
y el vértigo de voces que nos incitan.
No quiero que me vean
como en las manos y en los ojos
ofrecidos, me deshago
y una silueta de fragor
brilla en mis noches,
en las ávidas noches
donde nostalgiosos buscamos
el amor urgido de deseo.
Fanny G Jareton
AL BORDE
Estoy cansada
de tanta madrugada incandescente
de repasar los lugares que no tienen asidero
de hurgar en la memoria y saberme un nicho de renuncias.
Vuelvo a la monotonía
sacudida al filo de la farsa
soy feliz y todo es aceptado
represento en el teatro de la máscara.
Pecados capitales
que sobrevuelo entre desencajes y visiones.
Parpadeo otras existencias
y por momentos el espejismo me renace.
Demoro en el traspié de lo evidente:
no hay universo de amor para estos labios.
Sutura por donde me ha partido
el miedo atroz a la condena.
Estéril yazgo en el borde del abismo.
Fanny G Jaretón
DILUVIANA
DILUVIANA
Me transformo en la piel de mi amado
como un huracán que lo arrasa todo,
desprendo mis ropas de manera simultánea
con un canto vertical que le susurro
para morir de a ratos entre sus piernas,
relajado el paso en la palabra placer
sus dedos que me vieron enrojecida
y un aire, un aire, un aire pido:
respiro de su boca
que me devuelva donde danzaba la serpiente.
Génesis del fuego.
Volcán donde hundo mis manos
cuando el orgasmo es lluvia.
Fanny G Jaretón
SACRAMENTO
SACRAMENTO
Beso tus labios de puerta adentro
para saber tu intimidad y conquistar tu alegría
“Lo que se oculta de ti
yo te lo proclamaré”
susurra la boca cardinal
que apunta a un propio destino.
El amor hace que seque tus pies con mis cabellos
y un halo brillante reflejan tus ojos.
Temblor en la tardanza de reconocerte mío.
Desde el origen de las aguas
conseguí salvar mi sed en la marea
me enseñaste a latir la vida:
vaivenes de la urgencia
para impulsarme
hacia el inicio de la eternidad
donde encontrarte.
Señor, mi Señor, rindámonos desnudos
a esta cruz del tacto en tu frontera,
permíteme la caricia ambiciosa:
resucita al temblor perfecto
donde de corazón y arcilla me hiciste
una con el Uno.
Fanny G Jaretón