VENTRÍLOCUA
Sentada sobre tu falda
como una muñequita obediente
diré, donde me dirás, todas tus emociones.
No te asombres si algún día notas
mi boca alambrada como un redil.
Sostenida en mi animal de temperamento salvaje
dejaré de ser vos.
Ventrílocua de tus caprichos
que rueda junto a una lágrima de porcelana
cambia su suerte por libertad.
Fanny G Jaretón
2 comentarios:
Excelente y original poema Fany, me encantó...
Un abrazo Gus.
Hace tiempo que que abandonaste el papel del muñeco travieso, simpático del ventríluoco, que no hacía otra cosa que su santa voluntad....bien por tu decisión de indepencia, transcrito en este poema bello y sensible.
azpeitia-aleph
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